Dharma Books lanza el desafío a los autores de obras señeras: revisarlas y reescribirlas después de diez años de su publicación original. Sólo los más audaces aceptan subirse al ring a pelearse con su obra en un Combate a 10. Así es como Jaime Mesa y su Rabia se reencuentran.
Lola Ruiz Felda
En 2008, Alfaguara publicó una intensa y estridente novela a la que Jaime Mesa había nombrado Conexión virtual. La visión y el atildamiento de los editores desentrañaron del mismo texto una palabra que sirvió de un mejor título: Rabia, la historia de Foster, un promiscuo traductor literario que asiste al partido inaugural de la temporada de beisbol entre los Cachorros de Chicago y los Rojos de Cincinnati.
Pero las intenciones de Foster no son puramente deportivas: está ahí para romper con una de sus amantes. Y si se da la oportunidad, romper con todas sus amantes, con las que engaña a su esposa Beca, con la que vive en la Ciudad de México.
Uno de los momentos más intensos del relato nos lleva a presenciar un disturbio multitudinario en las afueras del Wrigley Field (el estadio de los Cubs) en el que Foster, el protagonista, se entrega a una ira que se desata sin control y tiene una participación particularmente violenta en la reyerta, lo que se convierte en el culmen de las emociones anidadas en el personaje desde su infancia.
Un hijo virtuoso
A inicios de 2018, el sello Dharma Books inauguró la colección Combate a 10, en la cual las obras señeras de los autores que aceptan el desafío, las revisan y reescriben después de diez años de su publicación original, lo que produce una nueva obra literaria.
Tal es el caso de Rabia, que arrojó como resultado una nueva novela titulada Un hijo virtuoso. En esencia, la historia sobrevive sin daños esenciales, pero sí hay una transformación estructural de la narración: en Rabia, el relato está dispuesto en tres grandes momentos, mientras que los episodios de Un hijo virtuoso siguen el desarrollo, entrada por entrada, de aquel partido entre los Reds y los Cubs.
Por supuesto, lo estructural no es lo único retocado en la historia, pero el estructural es el cambio más significativo. La revisión arroja un texto mucho más audaz, descarnado y virulento, además de que se incorporan dos escenas climáticas que acentúan la importancia de la relación de Foster con su madre, núcleo del título de la nueva novela.
El valor agregado
Una de las características más valiosas de la colección es la inclusión de un ensayo escrito por el propio autor sobre la mecánica de su reencuentro con la novela revisada, de modo que el lector tiene en un solo volumen la más reciente versión de una novela que ya ha sido exitosa, y un epílogo en el que se desvela la intimidad del proceso de su creación y re-creación:
¿Qué sé de Rabia ahora que no sabía antes y qué sabía de Rabia que no sé ahora? Todo lo que sé de esa novela se llama, ahora, Un hijo virtuoso.
