Cantinflas y el Club América

Casi veinte años antes de que Isaac Bessudo vendiera el club a Emilio Azcárraga Milmo, Cantinflas fue su presidente honorario, le inyectó dinero y lo salvó del naufragio con su apoyo.

Redacción FyL

La década de 1940 marcó la consolidación de la carrera de Mario Moreno Cantinflas. Era la década de sus películas más exitosas. El cine mexicano gozaba de una salud inaudita que duraría un par de décadas y sería una etapa conocida como Época de Oro.

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También fue la época de grandes consolidaciones deportivas, aunque ello se debía a la profesionalización del futbol. Varios equipos que se habían hecho muy célebres la época amateur o semiprofesional estaban por desaparecer. Y por desgracia, así fue con dos de los más populares:el Asturias y el Real España, que descendieron a categorías inferiores y pronto dejaron de existir.

Los millonarios del América no querían correr con la misma suerte, pero a finales de la década estaban teniendo temporadas malas y poco flujo de capital. En un movimiento rápido y muy audaz, la directiva del club contactó a la estrella de cine para invitarlo a tener participación en el América. Y así ocurrió: Mario Moreno fue nombrado presidente honorario del América, y él con gusto aceptó el cargo.

Su involucramiento fue total. No sólo invirtió mucho dinero en el equipo, sino que se dedicó a mostrar en público su apoyo como presidente y amante del futbol. Asistió a casi todos los encuentros del América durante ese año, e incluso dio la patada inaugural del torneo.

Muchos testimonios de la época afirman que, a pesar de haber sido un nombramiento honorario, el creador de Cantinflas fue quien inició la costumbre de hacer contrataciones de precios elevados con la finalidad de hacer del América un equipo invencible.

La crisis financiera nunca fue mitigada del todo. Esa terminaría solamente cuando en 1959 el propietario del América, Isaac Bessudo, le traspasó el equipo a Emilio Azcárraga Milmo, dueño del entonces llamado Telesistema Mexicano, que hoy es Televisa.

Y desde entonces el América tomó su rumbo definitivo.