“Un duro hijo de puta”: 5 grandes poemas de Charles Bukowski

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  • Publicación de la entrada:8 de marzo de 2017

Por Jersón Gutiérrez

Henry Charles Bukowski, mejor conocido como El Viejo Indecente, fue un escritor norteamericano nacido en Alemania, que a través de su lenguaje soez y su literatura obscena y realista nos escupe un poco de las calles y paisajes urbanos (junto con borrachos y prostitutas) de las grandes ciudades norteamericanas. Tanto criticado como afamado, hoy parece levantarse de entre lo más hondo y recóndito del infierno para demostrarnos de nuevo cómo es que se ha ganado dicho sobre nombre y posición en la tradicional literatura estadounidense.

A través de la perspicacia y la crudeza de sus palabras, Bukowski logra atraparnos y llevarnos a un mundo el cual jamás nos hemos logrado percatar, un mundo hostil y cruel. Un mundo, que solo a través de las lánguidas botellas de whisky y moscatel (para los que sudan agua bendita, el moscatel es un licor), se vuelve un poco menos “jodido”. Así pues, este artículo no es más que una buena mezcla de alcohol y poesía sobria, de la mano de uno de los últimos escritores “malditos” de nuestro país vecino del norte.

 

“TODO”

Los muertos no necesitan aspirina

ni pena.

Supongo.

 

Pero tal vez necesiten lluvia

No zapatos,

pero un lugar donde caminar.

 

No cigarros,

nos dicen,

pero un lugar para arder.

 

O nos han dicho:

espacio y un lugar donde volar

podrán ser lo mismo.

 

Los muertos no me necesitan.

Ni tampoco los vivos.

 

Pero tal vez los muertos se necesitan

a sí mismo.

 

De hecho, los muertos tal vez

necesiten todo

lo que nosotros necesitamos.

 

Y nosotros necesitamos tanto.

Si tan sólo supiéramos qué.

 

Tal vez sea todo.

 

Y probablemente moriremos

tratando de obtenerlo.

 

O moriremos

porque no lo obtenemos.

 

Espero que entiendas,

cuando yo esté muerto

 

Que obtuve

lo más que pude.

 

“YA ME HAN CONTADO HASTA OCHO”

Desde mi cama

Observo

3 pájaros

en un cable

de teléfono.

 

Uno se va

Volando

Luego

Otro.

 

Queda uno,

Luego

También él

Se va.

 

Mi máquina de escribir está

Silenciosa como un sepulcro.

 

Y yo me he quedado

Reducido a observar

Pájaros.

 

Simplemente he pensado

Que te lo debía

Contar

Cabrón.

 

“HISTORIA DE UN DURO HIJO DE PUTA”

Vino a la puerta una noche mojado flaco golpeado y aterrado

un gato blanco bizco sin cola

lo entré y alimenté y se quedó

empezó a confiar en mí hasta que un amigo subió por mi cochera

y lo atropelló

llevé lo que quedó a un veterinario que dijo, “no mucho

por hacer… déle estas píldoras… su espinazo

está destrozado, pero estuvo destrozado antes y de algún modo

se arregló, si vive nunca caminará, mire

estos rayos X, ha sido baleado, mire acá, los perdigones

están aún ahí… también, una vez tuvo una cola, alguien

se la cortó…”

 

Me llevé al gato, era un verano caliente, uno de los

más calientes en décadas, lo puse en el piso

del baño, le di agua y píldoras, él no comería, él

no tocaría el agua, yo sumergía mi dedo

y mojaba su boca y le hablaba, no iba a ningún

lugar, puse un montón de tiempo de baño y hablé

con él y lo toqué suavemente y el me devolvía la mirada

con esos ojos bizcos azul pálido y cuando los días pasaron

hizo su primer movimiento

arrastrándose con sus patas delanteras

(las de atrás no funcionarían)

lo hizo hasta su cama

se trepó y dejó caer,

fue como la trompeta de la posible victoria

soplando en ese baño y en la ciudad, yo

le conté a ese gato –yo la había pasado mal, no así

de mal pero bastante mal…

 

Una mañana se levantó, se paró, se cayó y

sólo me miró.

 

“Tú puedes,” le dije.

 

Siguió intentando, levantándose y cayendo, finalmente

caminó algunos pasos, estaba como un borracho, las

patas traseras no querían hacerlo y volvió a caer, desacansó,

luego se levantó.

 

Ya saben el resto: ahora está mejor que nunca, bizco,

casi sin dientes, pero la gracia regresó, y esa mirada

en sus ojos nunca se fue…

 

Y ahora a veces soy entrevistado, ellos quieren oír acerca

de vida y literatura y yo me emborracho y sostengo mi bizco,

baleado, atropellado y desrabado gato y digo, “¡miren, miren

esto!”

 

Pero ellos no entienden, ellos dicen algo como, “¿usted

dice que ha sido influenciado por Céline?”

“no,” yo sostengo al gato, “¡por lo que pasa, por

cosas como esto, por esto, por esto!»

 

Sacudo al gato, lo sostengo

en la luz humosa y borracha, está relajado, él sabe…

 

Es entonces cuando las entrevistas terminan

aunque estoy orgulloso a veces cuando veo las imágenes

más tarde y ahí estoy yo y ahí está el gato y somos fotografiados juntos.

 

Él también sabe que son todas estupideces pero que de algún modo todo ayuda.

 

«AMOR»

Gas, dijo el, ámame

bésame

besa mis labios

besa mi pelo

mis dedos

mis ojos, mi cerebro

hazme olvidar.

Gas, dijo el, ámame

el tenia una habitación en el tercer piso

rechazado por una docena de mujeres

35 editores

y media docena de agencias de empleo

y no digo que él fuera nada

bueno

abrió todos los fogones

sin encenderlos

y se fue a la cama

algunas horas más tarde un tipo

yendo a la habitación 309

encendió un cigarrillo en el

hall.

 

“EL GENIO EN LA MULTITUD”

Hay suficiente traición y odio,

violencia.

Necedad en el ser humano

corriente

como para abastecer cualquier ejercito o cualquier

jornada.

Y los mejores asesinos son aquellos

que predican en su contra.

Y los que mejor odian son aquellos

que predican amor.

Y los que mejor luchan en la guerra

son -AL FINAL- aquellos que

predican

PAZ.

Aquellos que hablan de Dios.

Necesitan a Dios

Aquellos que predican paz

No tienen paz.

Aquellos que predican amor

No tienen amor.

Cuidado con los predicadores

cuidado con los que saben.

Cuidado con

Aquellos que

Están siempre

Leyendo

Libros.

Cuidado con aquellos que detestan

la pobreza o están orgullosos de ella.

Cuidado con aquellos de alabanza rápida

pues necesitan que se les alabe a cambio.

Cuidado con aquellos que censuran con rapidez:

tienen miedo de lo que

no conocen.

Cuidado con aquellos que buscan constantes

multitudes; no son nada

solos.

Cuidado con

El hombre corriente

Con la mujer corriente

Cuidado con su amor.

Su amor es corriente, busca

lo corriente.

Pero es un genio al odiar

es lo suficientemente genial

al odiar como para matarte, como para matar

a cualquiera.

Al no querer la soledad

al no entender la soledad

intentarán destruir

cualquier cosa

que difiera

de lo suyo.

Al no ser capaces

de crear arte

no entenderán

el arte.

Considerarán su fracaso

como creadores

sólo como un fracaso

del mundo.

Al no ser capaces de amar plenamente

creerán que tu amor es

incompleto

y entonces te

odiarán.

Y su odio será perfecto

como un diamante resplandeciente

como una navaja

como una montaña

como un tigre

como cicuta

Su mejor

ARTE.

 

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