Por Jersón Gutiérrez
Henry Charles Bukowski, mejor conocido como El Viejo Indecente, fue un escritor norteamericano nacido en Alemania, que a través de su lenguaje soez y su literatura obscena y realista nos escupe un poco de las calles y paisajes urbanos (junto con borrachos y prostitutas) de las grandes ciudades norteamericanas. Tanto criticado como afamado, hoy parece levantarse de entre lo más hondo y recóndito del infierno para demostrarnos de nuevo cómo es que se ha ganado dicho sobre nombre y posición en la tradicional literatura estadounidense.
A través de la perspicacia y la crudeza de sus palabras, Bukowski logra atraparnos y llevarnos a un mundo el cual jamás nos hemos logrado percatar, un mundo hostil y cruel. Un mundo, que solo a través de las lánguidas botellas de whisky y moscatel (para los que sudan agua bendita, el moscatel es un licor), se vuelve un poco menos “jodido”. Así pues, este artículo no es más que una buena mezcla de alcohol y poesía sobria, de la mano de uno de los últimos escritores “malditos” de nuestro país vecino del norte.
“TODO”
Los muertos no necesitan aspirina
ni pena.
Supongo.
Pero tal vez necesiten lluvia
No zapatos,
pero un lugar donde caminar.
No cigarros,
nos dicen,
pero un lugar para arder.
O nos han dicho:
espacio y un lugar donde volar
podrán ser lo mismo.
Los muertos no me necesitan.
Ni tampoco los vivos.
Pero tal vez los muertos se necesitan
a sí mismo.
De hecho, los muertos tal vez
necesiten todo
lo que nosotros necesitamos.
Y nosotros necesitamos tanto.
Si tan sólo supiéramos qué.
Tal vez sea todo.
Y probablemente moriremos
tratando de obtenerlo.
O moriremos
porque no lo obtenemos.
Espero que entiendas,
cuando yo esté muerto
Que obtuve
lo más que pude.
“YA ME HAN CONTADO HASTA OCHO”
Desde mi cama
Observo
3 pájaros
en un cable
de teléfono.
Uno se va
Volando
Luego
Otro.
Queda uno,
Luego
También él
Se va.
Mi máquina de escribir está
Silenciosa como un sepulcro.
Y yo me he quedado
Reducido a observar
Pájaros.
Simplemente he pensado
Que te lo debía
Contar
Cabrón.
“HISTORIA DE UN DURO HIJO DE PUTA”
Vino a la puerta una noche mojado flaco golpeado y aterrado
un gato blanco bizco sin cola
lo entré y alimenté y se quedó
empezó a confiar en mí hasta que un amigo subió por mi cochera
y lo atropelló
llevé lo que quedó a un veterinario que dijo, “no mucho
por hacer… déle estas píldoras… su espinazo
está destrozado, pero estuvo destrozado antes y de algún modo
se arregló, si vive nunca caminará, mire
estos rayos X, ha sido baleado, mire acá, los perdigones
están aún ahí… también, una vez tuvo una cola, alguien
se la cortó…”
Me llevé al gato, era un verano caliente, uno de los
más calientes en décadas, lo puse en el piso
del baño, le di agua y píldoras, él no comería, él
no tocaría el agua, yo sumergía mi dedo
y mojaba su boca y le hablaba, no iba a ningún
lugar, puse un montón de tiempo de baño y hablé
con él y lo toqué suavemente y el me devolvía la mirada
con esos ojos bizcos azul pálido y cuando los días pasaron
hizo su primer movimiento
arrastrándose con sus patas delanteras
(las de atrás no funcionarían)
lo hizo hasta su cama
se trepó y dejó caer,
fue como la trompeta de la posible victoria
soplando en ese baño y en la ciudad, yo
le conté a ese gato –yo la había pasado mal, no así
de mal pero bastante mal…
Una mañana se levantó, se paró, se cayó y
sólo me miró.
“Tú puedes,” le dije.
Siguió intentando, levantándose y cayendo, finalmente
caminó algunos pasos, estaba como un borracho, las
patas traseras no querían hacerlo y volvió a caer, desacansó,
luego se levantó.
Ya saben el resto: ahora está mejor que nunca, bizco,
casi sin dientes, pero la gracia regresó, y esa mirada
en sus ojos nunca se fue…
Y ahora a veces soy entrevistado, ellos quieren oír acerca
de vida y literatura y yo me emborracho y sostengo mi bizco,
baleado, atropellado y desrabado gato y digo, “¡miren, miren
esto!”
Pero ellos no entienden, ellos dicen algo como, “¿usted
dice que ha sido influenciado por Céline?”
“no,” yo sostengo al gato, “¡por lo que pasa, por
cosas como esto, por esto, por esto!»
Sacudo al gato, lo sostengo
en la luz humosa y borracha, está relajado, él sabe…
Es entonces cuando las entrevistas terminan
aunque estoy orgulloso a veces cuando veo las imágenes
más tarde y ahí estoy yo y ahí está el gato y somos fotografiados juntos.
Él también sabe que son todas estupideces pero que de algún modo todo ayuda.
«AMOR»
Gas, dijo el, ámame
bésame
besa mis labios
besa mi pelo
mis dedos
mis ojos, mi cerebro
hazme olvidar.
Gas, dijo el, ámame
el tenia una habitación en el tercer piso
rechazado por una docena de mujeres
35 editores
y media docena de agencias de empleo
y no digo que él fuera nada
bueno
abrió todos los fogones
sin encenderlos
y se fue a la cama
algunas horas más tarde un tipo
yendo a la habitación 309
encendió un cigarrillo en el
hall.
“EL GENIO EN LA MULTITUD”
Hay suficiente traición y odio,
violencia.
Necedad en el ser humano
corriente
como para abastecer cualquier ejercito o cualquier
jornada.
Y los mejores asesinos son aquellos
que predican en su contra.
Y los que mejor odian son aquellos
que predican amor.
Y los que mejor luchan en la guerra
son -AL FINAL- aquellos que
predican
PAZ.
Aquellos que hablan de Dios.
Necesitan a Dios
Aquellos que predican paz
No tienen paz.
Aquellos que predican amor
No tienen amor.
Cuidado con los predicadores
cuidado con los que saben.
Cuidado con
Aquellos que
Están siempre
Leyendo
Libros.
Cuidado con aquellos que detestan
la pobreza o están orgullosos de ella.
Cuidado con aquellos de alabanza rápida
pues necesitan que se les alabe a cambio.
Cuidado con aquellos que censuran con rapidez:
tienen miedo de lo que
no conocen.
Cuidado con aquellos que buscan constantes
multitudes; no son nada
solos.
Cuidado con
El hombre corriente
Con la mujer corriente
Cuidado con su amor.
Su amor es corriente, busca
lo corriente.
Pero es un genio al odiar
es lo suficientemente genial
al odiar como para matarte, como para matar
a cualquiera.
Al no querer la soledad
al no entender la soledad
intentarán destruir
cualquier cosa
que difiera
de lo suyo.
Al no ser capaces
de crear arte
no entenderán
el arte.
Considerarán su fracaso
como creadores
sólo como un fracaso
del mundo.
Al no ser capaces de amar plenamente
creerán que tu amor es
incompleto
y entonces te
odiarán.
Y su odio será perfecto
como un diamante resplandeciente
como una navaja
como una montaña
como un tigre
como cicuta
Su mejor
ARTE.