El viernes 17 de julio de 2015, durante el partido inagural de la liga premier rusa, donde se enfrentaban el spartak de Moscú y el FC Ufa, sucedió un acontecimiento que debe de hacernos pensar en lo que el racismo sigue afectando a este bello deporte de manera lamentable en muchas de las principales ligas del mundo, pero en particular en Rusia, donde se llevará a cabo la próxima copa del mundo.
En el minuto 31, Emmanuel Frimpong, jugador de origen Ghanes naturalizado inglés, que militó en el Arsenal y que actualmente juega en el FC Ufa, reaccionó con una seña obsena con el dedo a las burlas de un aficionado del Spartak, quien de manera ofensiva empezó a hacer ruidos de mono después de una falta del mediocampista.
Esta acción le costó al jugador una tarjeta roja directa y una suspensión de dos partidos, inmediatamente Frimpong pidió disculpas de manera pública y dijo que es un ser humano que no merece insultos racistas por el juego que le encanta. Lo que más sorprende de este hecho es la reacción de su club, pues el director general del mismo Shamil Gazizov publicó en su cuenta de twitter: «Fue un incidente desafortunado. Había gente que podría haber gritado cosas, estas son las emociones que desaparecen después del partido. Somos socios con los rojiblancos y estamos en buenos términos» «Lo que Frimpong hizo estuvo mal. A veces debes de contener las lágrimas y simplemente aguantar»
¿Hasta donde debe de aguantar un jugador que está siendo ofendido por su color de piel? ¿cuando dejaremos de ofender a aquellos que son diferentes que nosotros? ¿cuando entenderemos que el futbol no conoce fronteras? ¿Cuándo serán tratados con respeto aquellos jugadores que vienen de naciones africanas?
Actitudes similares se viven en la liga Española, en la italiana y en la inglesa. Se siguen viendo cánticos racistas, movimientos de mono en las gradas, entrega de bananas a los jugadores, declaraciones desafortunadas contra aquellos que no tienen la piel blanca como los europeos.
¿Hasta donde es responsabilidad del jugador al responder? ¿Realmente deben de bajar el rostro y de manera sumisa permitir que les sigan humillando y sobajando de esa manera? ¿Cuándo será momento de que la tribuna sufra las consecuencias de sus actos? ¿Llegará el día en el que un aficionado pueda ser vedado de un estadio por sus pancartas y burlas hacia los jugadores? ¿Podrían los clubes ser responsables de lo que dicen y hacen las barras que les apoyan juego tras juego?
Además de estas interrogantes, quisiera poner sobre la mesa lo siguiente: En las últimas dos temporadas en la liga premier rusa han habido 100 incidentes relacionados con el racismo de parte de la afición, además de que desde el 2013 otros 3 jugadores de color han sido suspendidos entre dos y cuatro partidos por hacer gestos insultantes hacia las tribunas como reacción a los insultos de los que son objetos. Esto me hace cuestionar si Rusia estará lista para albergar la próxima copa del mundo.
¿Podrá llevarse a cabo en este país un torneo tan importante? ¿Podremos decirles a los jugadores si sufren de alguna humillación: «En ocasiones hay que contener las lágrimas y solo aguantar»?
En lo personal, no lo creo, siento que el futbol merece más, mucho más que esto.